Botánicos, etnólogos y
arqueólogos suecos en Bolivia
Por Elías Blanco Mamani
Suecia es un país que hoy forma parte de la Unión Europea. Ocupa la península de Escandinavia, entre el más Báltico, Noruega y Finlandia. Goza de estabilidad económica y social gracias a sus programas de asistencia por parte del Estado. En tiempos de las dictaduras militares en Latinoamérica en los años 70, Suecia fue una de las naciones que acogió a gran parte de los exiliados, entre ellos los bolivianos.
A lo largo de la historia nacional, no son muchos los suecos que llegaron a Bolivia, sin embargo los pocos que estuvieron aquí hicieron labor significativa, especialmente en los campos de la botánica, la etnología y la arqueología. Hoy reseñamos el trabajo de tres suecos.
ERIC ASPLUND
Explorador y botánico nacido en Jader, Suecia, el 9 de octubre de 1888. Según datos recogidos por José Roberto Arze (Geógrafos, exploradores y figuras en la ciencia, 1987), el científico estudió en Upsala y se doctoró en 1920. Fue funcionario del Museo de Historia Natural de Estocolmo. Realizó viajes de exploración a Spitzbergen (1913-1915), las Islas Canarias (1933), Ecuador y Perú (1939-1940). Exploró Bolivia en los años 1920-1921 junto a su compatriota I. Sefve, con quien recorrió el altiplano. Luego viajó por los Yungas de La Paz y por el Chaco. Arze destaca que Asplund fue el primer botánico que descubrió los bosques de Keñua del Sajama situado entre los 4.300 y 4.900 metros sobre el nivel del mar, considerado como el más alto del mundo y que lamentablemente fue talado después por comerciantes. Entre sus descubrimientos figura el género Juelia de la familia de las Balanophoraceae, parásito de la Tola en sus raíces. Asplund es autor del texto titulado Contributions to the Flora of the Bolivian Andes, aditado en 1926.
ERLAND NORDENSKIOELD (en la foto)
Etnólogo y arqueólogo nacido en Estocolmo, Suecia, en 1877 y fallecido en Gotemburgo en 1932. Estudió para Zoólogo. Fue profesor de etnografía general de la Universidad de Gotemburgo y Superintedente del departamento de Etnografía del Museo de la misma ciudad. Llegó por primera vez a Bolivia en 1901, para recorrer inicialmente la zona de Tarija que comprende la región del río Pilcomayo y el Chaco; fue la ‘Expedición Sueca Chaco-Cordillerana’ (1901-1902). Luego pasó a la frontera peruano boliviana (1904-1905). Posteriormente atravesó los departamentos del Beni, Cochabamba y Chuquisaca (1913-1914).
Carlos Ponce Sanjinés lo señala como un hombre que “contribuyó decididamente al desarrollo de la antropología de Bolivia”. Su bibliografía comprende aproximadamente 218 títulos, de los cuales buen número se refiere a nuestro país, que a su vez es poco conocido en el medio por hacer sido escrito originalmente en su idioma. Algunos títulos de sus libros -citados por José Roberto Arze- son: Idianlif i el Gran Chaco (1910); Indianer och nvita i nordostre Bolivia (1911); The coper and bronze ages in South America (1921); The ethnography of South América seen from Mojos in Bolivia (1924); Investigaciones arqueológicas en la región fronteriza de Perú y Bolivia (1953).
En la parte introductoria de su estudio sobre el Incallajta, el científico Sueco anotó en artículo publicado en 1956: “Las ruinas que mi señora y yo hemos investigado durante nuestro viaje a Bolivia en 1913-14, están situadas en una región donde hasta el presente ningún vestigio arqueológico se había descrito. Incallajta, la más importante, se halla situada en una altitud más o menos de 2.500 metros sobre el nivel del mar, cerca de Pocona, en el departamento de Cochabamba, zona habitada por indios quechuas. Acompañando como ilustraciones un plano y varias fotografías, procuraré determinar su antigüedad”.
Nordenskioeld, según registra Manuel Frontaura Argandoña (Descubridores y exploradores de Bolivia, 1971), tuvo especial afecto por Bolivia, así lo demuestra en una carta dirigida a Manuel Vicente Ballivián en 1905, desde su lecho de enfermo en Juliaca (Perú), que en parte dice: “Ahora quiero descansar uno o dos años, pero después estoy listo para nuevas exploraciones y nuevos sufrimientos. Puede ser que sea importante que Bolivia pueble esas regiones del Chaco Boliviano. Hay países limítrofes que podrían empezar colonizaciones peligrosas. Lo necesario será conquistar pacíficamente a los salvajes de la hoya y hacerlos agricultores. El Chaco tiene lo bueno; que caminos se hacen fácilmente y en el porvenir también ferrocarriles. En la montaña del Caupolicán los trabajos de caminos son muy costosos. Una dificultad en el Chaco es la falta de agua, pero con irrigación se puede hacer muchísimo. Como usted sabe, tengo vivo interés y mucha simpatía por Bolivia y quiero mucho volver a hacer exploraciones allá”.
STIG RYDEN
Arqueólogo nacido en Halsingborg, Suecia, en 1908. Falleció en Estocolmo en 1965. Según una relación biográfica elaborada por Joseph M. Barnadas (Diccionario Histórico de Bolivia, tomo II, 2002), Ryden fue discípulo de E. Nordenskioeld. Trabajó en los museos de Gotemburgo y Estocolmo. Hizo labores de excavación en el norte argentino y en Atacama en los años 30, tiempo en que arribó a Bolivia para explorar zonas de Jesús de Machaca y la ribera oriental del lago Titikaka entre otras zonas, elaborando una tipología clasificatoria de las Chullpas. Retornó a Bolivia en 1951 para excavar en zonas de la provincia Muñecas y Bautista Saavedra, además de espacios de Cochabamba y Oruro.
Entre sus libros están: A Study of the Sirionó Indians (1941); Contributions of the Archaeology of the Rio Loa Region (1944); Archaeological Researches in the Highlands of Bolivia (1947); The E. Nordenskioeld archaeological Collection from the Mizque-Valley, Bolivia (1956); Los indios More. Notas etnográficas (1957); Andean Excavations (dos tomos, 1957-1959).El estudioso Ramiro Condarco Morales, en su libro Historia del Saber y la Ciencia en Bolivia (1978), anota que la obra de Ryden es cualitativamente tan invalorable como cuantitativamente numerosa, y destaca A Study of the Sirionó Indians, sobre el que anota: “Este estudio se encuentra principalmente basado en el material tradicional y en la colección etnográfica de la Escuela Indigenal de Casarabe, organizada y dirigida por el esclarecido profesor, explorador y estudioso orureño Carlos Loayza Beltrán. Tras detenido estudio etnográfico, Stig Ryden llega a la conclusión según la cual: la cultura sirionó no sólo era, a la sazón, una de las más antiguas de América del Sur sino una de las más primitivas del mundo”.
arqueólogos suecos en Bolivia
Por Elías Blanco Mamani
Suecia es un país que hoy forma parte de la Unión Europea. Ocupa la península de Escandinavia, entre el más Báltico, Noruega y Finlandia. Goza de estabilidad económica y social gracias a sus programas de asistencia por parte del Estado. En tiempos de las dictaduras militares en Latinoamérica en los años 70, Suecia fue una de las naciones que acogió a gran parte de los exiliados, entre ellos los bolivianos.
A lo largo de la historia nacional, no son muchos los suecos que llegaron a Bolivia, sin embargo los pocos que estuvieron aquí hicieron labor significativa, especialmente en los campos de la botánica, la etnología y la arqueología. Hoy reseñamos el trabajo de tres suecos.
ERIC ASPLUND
Explorador y botánico nacido en Jader, Suecia, el 9 de octubre de 1888. Según datos recogidos por José Roberto Arze (Geógrafos, exploradores y figuras en la ciencia, 1987), el científico estudió en Upsala y se doctoró en 1920. Fue funcionario del Museo de Historia Natural de Estocolmo. Realizó viajes de exploración a Spitzbergen (1913-1915), las Islas Canarias (1933), Ecuador y Perú (1939-1940). Exploró Bolivia en los años 1920-1921 junto a su compatriota I. Sefve, con quien recorrió el altiplano. Luego viajó por los Yungas de La Paz y por el Chaco. Arze destaca que Asplund fue el primer botánico que descubrió los bosques de Keñua del Sajama situado entre los 4.300 y 4.900 metros sobre el nivel del mar, considerado como el más alto del mundo y que lamentablemente fue talado después por comerciantes. Entre sus descubrimientos figura el género Juelia de la familia de las Balanophoraceae, parásito de la Tola en sus raíces. Asplund es autor del texto titulado Contributions to the Flora of the Bolivian Andes, aditado en 1926.
ERLAND NORDENSKIOELD (en la foto)
Etnólogo y arqueólogo nacido en Estocolmo, Suecia, en 1877 y fallecido en Gotemburgo en 1932. Estudió para Zoólogo. Fue profesor de etnografía general de la Universidad de Gotemburgo y Superintedente del departamento de Etnografía del Museo de la misma ciudad. Llegó por primera vez a Bolivia en 1901, para recorrer inicialmente la zona de Tarija que comprende la región del río Pilcomayo y el Chaco; fue la ‘Expedición Sueca Chaco-Cordillerana’ (1901-1902). Luego pasó a la frontera peruano boliviana (1904-1905). Posteriormente atravesó los departamentos del Beni, Cochabamba y Chuquisaca (1913-1914).
Carlos Ponce Sanjinés lo señala como un hombre que “contribuyó decididamente al desarrollo de la antropología de Bolivia”. Su bibliografía comprende aproximadamente 218 títulos, de los cuales buen número se refiere a nuestro país, que a su vez es poco conocido en el medio por hacer sido escrito originalmente en su idioma. Algunos títulos de sus libros -citados por José Roberto Arze- son: Idianlif i el Gran Chaco (1910); Indianer och nvita i nordostre Bolivia (1911); The coper and bronze ages in South America (1921); The ethnography of South América seen from Mojos in Bolivia (1924); Investigaciones arqueológicas en la región fronteriza de Perú y Bolivia (1953).
En la parte introductoria de su estudio sobre el Incallajta, el científico Sueco anotó en artículo publicado en 1956: “Las ruinas que mi señora y yo hemos investigado durante nuestro viaje a Bolivia en 1913-14, están situadas en una región donde hasta el presente ningún vestigio arqueológico se había descrito. Incallajta, la más importante, se halla situada en una altitud más o menos de 2.500 metros sobre el nivel del mar, cerca de Pocona, en el departamento de Cochabamba, zona habitada por indios quechuas. Acompañando como ilustraciones un plano y varias fotografías, procuraré determinar su antigüedad”.
Nordenskioeld, según registra Manuel Frontaura Argandoña (Descubridores y exploradores de Bolivia, 1971), tuvo especial afecto por Bolivia, así lo demuestra en una carta dirigida a Manuel Vicente Ballivián en 1905, desde su lecho de enfermo en Juliaca (Perú), que en parte dice: “Ahora quiero descansar uno o dos años, pero después estoy listo para nuevas exploraciones y nuevos sufrimientos. Puede ser que sea importante que Bolivia pueble esas regiones del Chaco Boliviano. Hay países limítrofes que podrían empezar colonizaciones peligrosas. Lo necesario será conquistar pacíficamente a los salvajes de la hoya y hacerlos agricultores. El Chaco tiene lo bueno; que caminos se hacen fácilmente y en el porvenir también ferrocarriles. En la montaña del Caupolicán los trabajos de caminos son muy costosos. Una dificultad en el Chaco es la falta de agua, pero con irrigación se puede hacer muchísimo. Como usted sabe, tengo vivo interés y mucha simpatía por Bolivia y quiero mucho volver a hacer exploraciones allá”.
STIG RYDEN
Arqueólogo nacido en Halsingborg, Suecia, en 1908. Falleció en Estocolmo en 1965. Según una relación biográfica elaborada por Joseph M. Barnadas (Diccionario Histórico de Bolivia, tomo II, 2002), Ryden fue discípulo de E. Nordenskioeld. Trabajó en los museos de Gotemburgo y Estocolmo. Hizo labores de excavación en el norte argentino y en Atacama en los años 30, tiempo en que arribó a Bolivia para explorar zonas de Jesús de Machaca y la ribera oriental del lago Titikaka entre otras zonas, elaborando una tipología clasificatoria de las Chullpas. Retornó a Bolivia en 1951 para excavar en zonas de la provincia Muñecas y Bautista Saavedra, además de espacios de Cochabamba y Oruro.
Entre sus libros están: A Study of the Sirionó Indians (1941); Contributions of the Archaeology of the Rio Loa Region (1944); Archaeological Researches in the Highlands of Bolivia (1947); The E. Nordenskioeld archaeological Collection from the Mizque-Valley, Bolivia (1956); Los indios More. Notas etnográficas (1957); Andean Excavations (dos tomos, 1957-1959).El estudioso Ramiro Condarco Morales, en su libro Historia del Saber y la Ciencia en Bolivia (1978), anota que la obra de Ryden es cualitativamente tan invalorable como cuantitativamente numerosa, y destaca A Study of the Sirionó Indians, sobre el que anota: “Este estudio se encuentra principalmente basado en el material tradicional y en la colección etnográfica de la Escuela Indigenal de Casarabe, organizada y dirigida por el esclarecido profesor, explorador y estudioso orureño Carlos Loayza Beltrán. Tras detenido estudio etnográfico, Stig Ryden llega a la conclusión según la cual: la cultura sirionó no sólo era, a la sazón, una de las más antiguas de América del Sur sino una de las más primitivas del mundo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario